Los caminos desterrados de la albeitería nos conectan con un mundo incomprendido y por ello olvidad

(las entradas son revisiones de textos antiguos y
no tan antiguos, el autor no incita ni se responsabiliza
del uso de los remedios expuestos, solo hace un repaso de
textos históricos)

sábado, 30 de octubre de 2010

Pulmonía de abordo

H. "W. LAUGHLIN.—PREVENCIÓN Y TRATAMIENTO DE LA PULMONÍA DE A BORDO.—American Journal of Veterinary Medicine, XII, 511, Agosto de 1917.
De todas las enfermedades a que se muestran sensibles los caballos y mulos que se embarcan, la pulmonía y sus complicaciones es la más temible, debido no solamente al curso traicionero de esta enfermedad, tal como la observamos en tierra, sino más bien a las condiciones desfavorables de la estancia a bordo, como la falta de ventilación del medio ambiente y peor aún las oscilaciones y vaivenes del barco en tiempo tempestuoso. Según el autor, esta última causa ha originado más bajas en los animales atacados de pulmonía que cualquiera otro factor de los que intervienen.
La prevención de esta enfermedad es preferible al tratamiento, conforme lo demuestra la experiencia de 14 viajes realizados por el autor conduciendo animales.
Los mejores métodos preventivos son: primero, observaciones frecuentes y cuidadosas de todos los animales; segundo, separación inmediata de los que presenten fiebre o embotamiento. Los animales enfermizos, dolientes, serán puestos en el lugar más.ventilado y espacioso y se les proveerá constantemente de agua fresca. Además de esto, el autor da siempre, con buenos resultados, el suero indicado en esta enfermedad.
Con respecto al tratamiento, generalmente se consigue denunciar en los animales el primer estado de enfermedad, cuando, en general, tienen pulso lleno y completo. En tal caso deben ser sangrados inmediatamente, en cantidad de 4 a 6 litros, y a la hora inyectar, en la vena yugular, litro y medio de suero fisiológico que contenga un octavo de onza de yodo soluble. Esta inyección se repite, por lo general, al cabo de cuarenta y ocho horas.
Otro tratamiento que éste, el sintomático, tal como estimulantes, etc., y la práctica de la toracentesis cuando sea necesaria, no lo recomienda nunca el autor.
Sin embargo, esto no es aplicable a los casos de pneumonía séptica, cuyo tratamiento es más perjudicial que beneficioso. No solamente terminan por la muerte todos los casos de esta enfermedad, sino que suelen infectar a los demás animales que están a su lado, por cuyos motivos debe sacrificarse todo animal en el que se comprueba la pulmonía séptica y arrojar inmediatamente su cadáver al mar.
El autor, que ha transportado 13.000 muías y caballos a Egipto, Salónica, Inglaterra e Irlanda, sólo ha sufrido 38 pérdidas, o sea un 0,29 por 100. Durante sus nueve viajes últimos, perdió únicamente 12 animales, lo que supone el 0,12 por 100.
Siete de estos viajes fueron a Egipto, durando veinticuatro días. Esto habla bien claramente en favor del sistema de prevención y tratamiento empleados. De las 38 defunciones registradas, el 50 por 100 se debieron a otras causas distintas de la pulmonía.

No hay comentarios:

Publicar un comentario