Los caminos desterrados de la albeitería nos conectan con un mundo incomprendido y por ello olvidad

(las entradas son revisiones de textos antiguos y
no tan antiguos, el autor no incita ni se responsabiliza
del uso de los remedios expuestos, solo hace un repaso de
textos históricos)

domingo, 31 de octubre de 2010

EXTRACCIÓN DE LA PLACENTA

* *
LA EXTRACCIÓN DE LA PLACENTA.—Para evitar los numerosos inconvenientes que ofrecen los métodos actuales de extracción de la placenta, entre cuyos inconvenientes no es el menor la exposición del operador a accidentes infecciosos consecutivos, Shaw aconseja el empleo del siguiente método, muy simple y de eficaces resultados:
Se inyecta en la vena umbilical o en una arteria umbilical del cordón una solución salina o antiséptica (agua fisiológica, solución débil de permanganato, etc.), cuya solución llega a la placenta, la pone edematosa, distiende las vellosidades plaoentarias, que así se separan mecánicamente de la mucosa uterina, y despierta y excita las contracciones uterinas, favoreciendo el acto eliminatorio.
Para que la inyección pueda hacerse bien, se fija una cánula en el vaso sanguíneo y se relaciona esta cánula, por medio de un tubo de caucho, con el recipiente que contiene la solución que se va a inyectar, cuyo recipiente se coloca a cierta altura para que la solución salga con una presión ligera.
Ahora bien, la condición indispensable para que este método tenga éxito, es la de que estén intactos los vasos del cordón umbilical por los cuales se realiza la inyección. Por eso aconseja Shaw que se intervenga lo antes posible, es decir, al día siguiente del parto, así que se comprende que no se realiza la secundinación espontánea. Intervenir cuando las envolturas fetales están putrefactas es ir al fracaso, porque en estos casos no tiene el método de Shaw eficacia alguna.

No hay comentarios:

Publicar un comentario