Los caminos desterrados de la albeitería nos conectan con un mundo incomprendido y por ello olvidad

(las entradas son revisiones de textos antiguos y
no tan antiguos, el autor no incita ni se responsabiliza
del uso de los remedios expuestos, solo hace un repaso de
textos históricos)

viernes, 8 de octubre de 2010

autosueroterapia y pleuresía

VALADE.—L' AUTOSÉROTUÉRAPIE DANS LE TRAITEMENT DES PLEÜBÉSIES DU CHEVAL (LA AUTOSUEROTERAPIA EN EL TRATAMIENTO DE LAS PLEURESÍAS DEL CABALLO).—-r
Recueil de Médecine Ye'ierinuire, París, CIV, 336-339, junio 1928.

La inyección a los pleuríticos de su propio exudado pleural, o autcsueroterapia, método iniciado por Magnin y utilizado en Veterinaria por muchos clínicos, tiene una gran eficacia que el autor se propone destacar en esta nota, en la que resume sus convicciones basadas en una larga práctica y en resultados verdaderamente notables.
La técnica del tratamiento consiste en recoger por punción torácica una cierta cantidad del líquido pleurítico en un vaso de cristal aséptico—con lo que se puede apreciar la naturaleza
del exudado: color, transparencia, olor, etc., y darse cuenta de una contraindicación: la de inyectar exudado purulento -e inyectar el líquido asépticamente bajo la.piel a la dosis
de 40 a 60 centímetros cúbicos. Es ventajoso repetir las inyecciones de exudado tantas veces como sea necesario hasta la completa reabsorción del derrame pleurítico, y asociar ias toracentesis a la autosueroterapia, con lo que se libra a la cavidad pleural de una cantidad
apreciable de líquido y se beneficia al enfermo con el más cómodo funcionamiento mecánico
de los pulmones.La autosueroterapia se ha empleado en las pleuresías del caballo dependientes de las enfermedades
llamadas «tifoides», en las pleuresías que complican la papera, en las pleuresías esporádicas agudas o crónicas. El autor presenta una interesante relación de casos clínicos relativos a tres pleuresías gurmosas, dos pleuresías agudas serofibrinosas probablemente de origen afngore, y un caso de pleuresía enquistada crónica, de los cuales pueden deducirse las siguientes observaciones. Sólo en un caso la autosueroterapia fracasó: se trataba de una pleuresía gurmosa cuya autopsia demostró la existencia de graves lesiones de pleuritis con adherencias pleuro-pulmonares muy antiguas. En todos los casos las inyecciones del líquido pleural fueron seguidas de un descenso notable de la temperatura así como de una mejoría muy evidente del estado general del enfermo. La curación se obtuvo, en general, depués de tres o cuatro inyecciones de exudado.
Es de hacer constar que cuanto antes se recurrió a la autosueroterapia mejores fueron los resultados, de donde la necesidad de un diagnóstico precoz de la pleuresía para asegurar
el éxito del tratamiento.
La acción ejercida sobre el organismo por el líquido pleural inyectado puede explicarse así: primero por los anticuerpos cuya secreción resulta de la reacción de defensa suscitada en los humores por la intrusión de una substancia extraña; segundo por los fenómenos de choi que aparecen en los sujetos tratados, fenómenos cuya existencia se ha probado en e¡ hombre por Roch, Gautier, Mourtier y Rachet.
Pero en realidad, el mecanismo íntimo del proceso curativo es desconocido. Lo indudable-según el autor, es que el método tiene un valor indiscutible y que no debe caer en desuso-

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