Los caminos desterrados de la albeitería nos conectan con un mundo incomprendido y por ello olvidad

(las entradas son revisiones de textos antiguos y
no tan antiguos, el autor no incita ni se responsabiliza
del uso de los remedios expuestos, solo hace un repaso de
textos históricos)

viernes, 8 de octubre de 2010

El método del teclado

Patología general y Exploración clínica
DK. VET. J.-ROGER.—LA MÉTHODE DU «CLAVIER» (EL MÉTODO DEL «TECLADO»).— Deuxiémes Journéts Vétérinaites d'Alfort, en Recneil de Médecine Vélérinaire, París, CV, 614-621, octubre de 1929.

El método del teclado utiliza los reflejos para llegar al diagnóstico. Capta las irradiaciones viscerales en la periferia y hace del exterior el espejo del interior.
La vida vegetativa es función del sistema nervioso autónomo que comprende el neumogástrico
y el simpático. Al estado normal la vida vegetativa se desarrolla en lo inconsciente.
En el estado patológico no sucede lo mismo. La viscera lesionada pide auxilio a los centros nerviosos superiores y, como veremos, resulta posible interceptar sus señales de angustia.
Xo es preciso conocer a fondo la anatomía y fisiología de los centros nerviosos para utilizar
el método del teclado. Kasta simplemente conocer las zonas de irradiación del vago y del simpático.
A consecuencia de su anastomosis con el espinal, el vago traduce su irritación al nivel del mastoideo-humeral y del trapecio; la irritación vagal se irradia, además, al plexo bra-quial, y los ancóneos, por eso, responden también lo mismo que el mastoides-humeral. La anastomosis del vago con el ganglio cervical inferior explica las manifestaciones dolorosas.
El simpático está representado por una serie de ganglios en número igual al de vértebras,
salvo al nivel del cuello donde no existen más que dos ganglios, algunas veces tres.
Cada uno de estos ganglios se halla reunido al nervio intercostal o a su homólogo por los rami comunicantes, especie de puentes por los cuales pasan fibras que van a parar a las visceras
o que vienen de ellas. Cada nervio intercostal o su homólogo está en relación con fibras viscerales, y según el origen de éstas fibras se puede considerar la existencia de zonas periféricas en comunicación con las fibras de un grupo de visceras. Así sucede que los cinco primeros nervios intercostales están en relación con los órganos inervados por el plexo torácico.
Del 6.° al 9.0 se encuentra el plexo solar anterior (estómago, hígado, bazo, páncreas, duodeno); del 9.0 al 12.0, el plexo solar posterior (intestino delgado, ciego, primera mitad del asa cólica); del 12.0 al 15.0 el plexo Disentérico anterior (segunda mitad del asa cólica); del 15.0 al 18.0 el plexo reno-aórtico. Los órganos inervados por el plexo pelviano (útero, vejiga, ovario, colon flotante, recto) se proyectan al nivel de las vértebras lumbares y del ijar.
Las irradiaciones a distancia se explican p >r la ley de «proyección a la periferia». Esta ley dice que la irritación, al llegar a la u.édula por un nervio periférico, es lo mismo que si procediese de la extremidad del nervio. Esta ley explica que los amputados se quejen de sufrimientos en los segmentos que no tienen; que el ccxálgico se duela de su rodilla y el prostático de su meato urinario.
Nosotros interpretamos como consecuencia de la proyección a la periferia: la erección en la coprostasis o el cálculo, el gesto de dirigir La cabeza hacia la región inguinal o hacia la babilla o la caña en el caso de ectopia del asa pelviana en la pelvis, las sacudidas de cabeza de los caballos afectados de sablosis. Hay una topografía de la reflectividad normal y una topografía de la reflectividad patológica.
Al estado normal. La línea dorsal solo es activa al nivel del riñon. El mastoideo humeral
y los ancóneos presentan más o menos actividad, lo mismo que e] plastrón toraco-abdo-minal. La parte inferior del ijar es activa y la parte superior pasiva.
Al estado patológico: los fenómenos que pueden encontrarse son agrupables bajo diferentes
capítulos:
Reflectividad difusa exagerada.
Hiporreflectividad generalizada.
Actividad de las zonas pasivas al estado normal.
Hiperactividad de las zonas activas al estado normal.
La intensidad del reflejo renal debe tomarse como diapasón para juzgar la reflectividad de las diferentes zonas. Por ejemplo; un lomo rígido y los mastoideo-humerales muy activos indican algo anormal.
Conviene siempre explorar comparativamente las regiones simétricas. Puede estar el mastoideo-humeral derecho poco activo y el mastoideo-humeral izquierdo hiperactivo y entonces
se dirá que la dominante vagal está a la izquierda.
Cuando se ha comprobado la existencia de una reflectividad difusa exagerada, es que se trata de un sujeto neurótico. Estos enfermos se revelan fácilmente por la exploración del borde superior del cuello. Todo caballo que reacciona a la exploración del cuello, fuera de toda irritación de origen externo, es un neurótico. Corresponde al semi-loco del doctor Grasset en la especie humana. Es un hiperemotivo, en el cual la emoción percute los cen-tros nerviosos superiores y decapita fisiológicamente al sujeto, de tal modo, que a veces se le ve huir como un autómata, perdido el crontrol de los reflejos, cargando contra una pared, arrojándose en un precipicio o matándose delante de un espantapájaros.
La hiporreflectividad aparece en los animales cuvo tono vegetativo es débil, fuera de las crisis. Se trata de insuficientes endocrinos. La hipotonicidad durante las crisis va o no acompañada
del síndrome maligno. Cuando éste existe (ojo huraño, pulso pequeño, filante, sudores
fríos, etc), la hora del diagnóstico ya ha pasado. El veterinario sólo puede hacer un pronóstico
inexorable. En ausencia del síndrome maligno, la hiporreflectividad generalizada expresa una vida vegetativa lenta, perezosa, que está pidiendo excitantes. El diagnóstico por el teclado comprende dos etapas: diagnosis del sector y diagnosis del órgano.
Una reflectividad aislada constituye una nota. Para alcanzar a un sector se necesita un acorde. Ejemplo: un caballo que tenía reflectividad exagerada en el mastoideo-humeral del lado derecho. La exploración del área de reflectividad simpática fué negativa, por lo que se dedujo que no existía ninguna alteración vegetativa y que era necesario buscar la causa en el cuello, garganta y cabeza. El examen clínico permitió descubrir una fluxión periódica en el lado derecho responsable de la reflectividad exagerada del mastoideo-humeral.
Para llegar al diagnóstico del sitio, precisa recurrir a la nota dominante y a ¡os acordes del timbre.
Si, por ejemplo, encontramos una reflectividad del mastoideo-humeral dominante en el lado izquierdo y un solar anterior dominante también en el lado izquierdo, lo atribuiremos al plexo solar anterior y especialmente al estómago y el bazo que se proyectan a la izquierda. Lo más acertado—por ser lo más frecuente—es pensar en el estómago. Pero para estar bien seguros hay que acudir a capturar algunos armónicos gástricos, es decir, algunas manifestaciones
como eructos, náuseas, bostezos, estigmas de tiro, etc. Un estigma frecuente de gas-tropatías crónicas en la lesión rodillas coronadas que sobreviene a consecuencia de la narcosis
profunda que iuvade a los caballos después de tomar el pienso.
El teclado indica la zona que sufre, pero nada dice del cómo y porqué sufre. Para la interpretación
de cada caso sirve bien la ley de por delante y por detrás y la del acuerdo entre los signos físicos y los signos funcionales.
En el caso de un cálculo del colon flotante puede ver la reflectividad que acusa el me-sentérico anterior en tanto que el cuerpo del delito reside en el territorio del mesentérico posterior. Apliquemos la ley primeramente enunciada. En efecto, el intestino puede, en determinadas
circunstancias, sufrir mucho más por la distensión del colon replegado que por la obstrucción calculosa y por eso no hay que apresurarse a desacreditar los informes del teclado.
He aquí cómo debe interpretarse el caso: nos encontramos en presencia de una reflectividad dependiente del mesentérico anterior. Puede tratarse de un vólvulo, de copros-tasis o de cálculo de la porción terminal del colon grueso.
Ahora bien, la marcha de la crisis permite eliminar en conjunto el diagnóstico de vólvulo.
El diagnóstico de coprostasis queda abandonado al comprobar por la auscultación que en vez de silencio o afonía intestinal propios del éxtasis, hay intensa borborigmia. Por tanto, solo es presumible un cálculo de la cuarta porción del colon. Si este diagnóstico fuese exacto
no deberíamos hallar ni signo del bazo, ni disociación de la temperatura y del pulso en favor del pulso. Luego si comprobamos la existencia de estas manifestacionns, debemos rechazar
el diagnóstico de cálculo de la cuarta porción del colon replegado. La auscultación nos ha mostrado que la vía estaba libre hasta el colon flotante, por tanto, no queda más solución
que el diagnóstico de un obstáculo al nivel del colon flotante y la lentitud de la evolución
clínica, impone el diagnóstico de calculosis.
No hay que pedir al método del teclado más de lo que puede dar. Ayuda al diagnósti-bo, pero no lo realiza.
Un excelente veterinario encontró defectos en el método del teclado porque comprobó la existencia de un reflejo miotónico y de un reflejo solar anterior durante una faringitis. Este argumento carece de valor porque todos los días hay ocasión de registrar reflejosanálogos en gastrópatas crónicas (gastropatías parasitarias frecuentemente). Nada de particular
tiene que estos caballos contraigan una angina y el error de interpretación reside en el hecho de dar a la faringitis lo que pertenece a la gastropatía.
El mismo joven compañero reprochó a un autor que había diagnosticado una indigestión gástrica por sobrecarga con desgarradura del diafragma, basándose en la reflectividad, el no haber diagnosticado una hernia del colon flotante al través del diafragma. Hay que reconocer
que el teclado no había respondido mal del todo, pues acusaba al estómago y al diafragma
y que si no reveló la hernia del colon flotante pudo ser debido a que ésta se produjo tardíamente,
cuando la hora del diagnóstico había pasado ya. Aun cabe explicar el caso por un fenómeno de derivación: el dolor gástrico derivaría del dolor del colon que puede pasar inadvertido.
El método del teclado ha sido aplicado a la diagnosis de los cólicos, a la consulta de compra-
venta, a la obstetricia y ginecología, al tono vegetativo, a la disnea parasitaria.
Voy a terminar diciendo unas palabras acerca del diagnóstico de las afecciones parasitarias
por el teclado. ,
Sabido es que los parásitos del aparato digestivo están localizados en sectores particulares.
Así los éstridos son gastrícolas, los áscaris viven en el intestino delgado, los estróngilos, cilicostomos y oxiuros en el colon. Siempre que el teclado señale uno de estos segmentos, hay que preguntarse si se trata de perturbaciones parasitarias. En presencia de una víscero-patía crónica, el veterinario debe ensayar un tratamiento de prueba. La ausencia de reflejos permite eliminar la existencia de una afección parasitaria. Nosotros hemos preconizado, como tratamiento piedra de toque, un parasiticida ómnibus a base de sulfuro de carbono, esencia de trementina y aceite. Si se ve desaparecer la reflectividad de una o varias visceras
después del tratamiento, la presunción de alteraciones parasitarias estaba justificada. Puede
parecer mágico el decir, basándose en la reflectividad gástrica o de intestino delgado, que tal caballo tiene éstridos o áscaris. Los estróngilos y cilicostomos se encuentran sobre todo en las asas cólicas que se proyectan a la derecha del abdomen y los oxiuros en las asas que se proyectan a la izquierda. Fundándose en estos datos se puede decir, con grandes visos
de acierto, que una disimetría refleja del abdomen en favor del lado derecho, es debida a los estróngilos y una disimetría en favor del lado izquierdo está ligada a la presencia de oxiuros. La reflectividad abdominal bilateral exagerada está frecuentemente ligada a la existencia
de estróngilos y oxiuros».—fí. G. A.

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