Los caminos desterrados de la albeitería nos conectan con un mundo incomprendido y por ello olvidad

(las entradas son revisiones de textos antiguos y
no tan antiguos, el autor no incita ni se responsabiliza
del uso de los remedios expuestos, solo hace un repaso de
textos históricos)

sábado, 30 de octubre de 2010

Parafina para las heridas.

—Desde principios del año pasado se viene recomendando en varias naciones europeas el uso de la parafina en el tratamiento de las heridas, porque se ha observado que tiene una manifiesta acción terapéutica debida a que dicho cuerpo es un magnífico agente térmico y protector.
Según Hull, la mejor fórmula de la parafina utilizable en la clínica quirúrgica sería la siguiente:
Resorcina ... 1 parte.
Esencia de eucaliptus 2 —
Aceite de oliva 5 —
Parafina blanda 25 —
Parafina dura. 67 —
Para preparar esta receta, se añaden la paraflna blanda y el aceite a la parafina dura, para soltarla; después se echa la resorcina en alcohol absoluto (soluble 2 en 1), y, por último, se pone el eucalipto cuando la mezcla está a 55°.

Apenas aplicada esta mezcla paraflnada sobre la herida, se solidiñcará, y conviene pasar por ella varias veces un pincel impregnado con el medicamento para formar una especie de barniz protector, sobre el cual se coloca una capa delgada de algodón hidrófilo, que también se parafina con el pincel, y hasta pueden ponerse dos o más capas de algodón, cuando la herida es muy extensa. Este aposito de algodón parafinado se hace impermeable y se endurece, después de lo cual se recubre con algodón ordinario y se sujeta con un vendaje apropiado.
Como es natural, esta cura se repetirá cuantas veces sea necesario, según el aspecto y la marcha de la herida; pero en todo caso debe procurarse lavar ésta, antes de cada cura, solamente con agua hervida y no con substancias antisépticas de ninguna índole, sin preocuparse por el mal olor que desprende la serosidad que se forma, pues no dificulta en nada el proceso normal de la cicatrización.

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