Los caminos desterrados de la albeitería nos conectan con un mundo incomprendido y por ello olvidad

(las entradas son revisiones de textos antiguos y
no tan antiguos, el autor no incita ni se responsabiliza
del uso de los remedios expuestos, solo hace un repaso de
textos históricos)

sábado, 30 de octubre de 2010

El teclado equino.

J. ROQ-BR.—EL TECLADO EQUINO.—Bultetin de la Société Céntrale de Méde-cine Vétérinaire, XC1I, 468-479, sesión del 22 do Noviembre de 1917.
En un trabajo anterior (véase: t. VI, p. 717-720) mostró el autor la utilización del reflejo miotónico deade el punto de vista del diagnóstico del asiento de las afecciones abdominales. Prosiguiendo, sus estudios de patología digestiva, ha podido adquirir la convicción de que la superficie somática del caballo es a la manera de un teclado cuyas teclas son susceptibles de dar, bajo los dedos del clínico, los harmónicos de timbre de la viscera que trastorna la sinfonía orgánica abdominal.
En materia de cólicos, decía Trasbot, formulad desde luego un diagnóstico. La primera operación diagnóstica es la determinación del asiento de la lesión o del trastorno funcional, que ofrece serias dificultades, a cuyo esclarecimiento se propone el autor contribuir con la exposición sumaria de la ayuda que proporciona al clínico la reflectividad.
El reflejo miotónico o mastoideo-humeral es debido a la irritación de las fibras del pneumogástrico y del espinal. El núcleo del espinal es excitado, y como el espinal inerva el mastoideo-humeral, se exaltan el tono muscular y la excitabilidad, y el músculo se contrae enérgicamente si se le excita. Lo mismo ocurre en los casos en que las contracciones clónicas o tónicas son espontáneas. Se puede observar, al mismo tiempo, que la miotonía del mastoideo-humeral, la de los músculos olecranianos y la del gran dorsal. La figura 1," presenta, señaladas con circulitos, las zonas de reflectividad miotónica. La reacción de los olecranianos y del gran dorsal está ligada a irradiaciones en el plexo braquial. Maitoideo-humeral. olecranianos y gran dorsal constituyen lo que se podría llamar elcampo de reflexión cerebro-espinal de los trastornos gástricos o también los harmónicos cerebro-espinales de los trastornos gástricos.
Por vía inductiva, el autor ha llegado a determinar los harmónicos simpáticos del estómago y de las principales visceras de la cavidad abdominal.
Si se considera el simpático abdominal, se ve que está constituido por una serie de plexos formados por fibras emanadas de los ganglios simpáticos raquidianos. El más importante de ellos es el plexo solar, en el cual se encuentran los ganglios semi-lunares, que reciben las Abras de 10 ganglios raquídeos dorsales del 6." al 15.°, por intermedio del nervio gran esplácnico. De este ganglio semi-lunar salen fibras destinadas a las visceras y a los vasos. El ganglio semi-lunar es comparable a una central telefónica. Es el intermediario entre las visceras, los ganglios simpáticos y el sistema cerebro-espinal.
Fig. 1.a—Reflejo miotónico (mastoideo-humeral, olecranianos y gran dorsal).
Según indica la figura 2.a, la rama inferior de cada nervio intercostal está ligada con el ganglio raquídeo por ramos comunicantes aferentes y eferentes. Una irritación visceral se propaga a los ganglios raquídeos y a los nervios intercostales, que la transmiten a la médula y a la periferia conforme a la ley de la conducción en los dos sentidos. Se puede inducir que, segúu que tal o cual viscera esté interesada, se debe encontrar tal o cual zona en hiperalgesia. De hecho, la reflectividad de origen simpático varía según el sitio de la viseeralgia. Cada visceralgia tiene sus harmónicos de timbre. Por el estudio clínico, la auscultación, los caracteres del espanto, los resultados terapéuticos y las necropsias, el autor se ha esforzado por reconocer la zona de reflectividad de cada plexo abdominal, llegando a la ideación del teclado que representa la figura ;i." Comparandoesta finura con la figura 4.*, es posible darse cuenta fácilmente de la delimitación de las zonas y del mecanismo de las reacciones.
De los ganglios solares dependen los plexos solar anterior, solar posterior y mesenté-tioo anterior.—El plexo solar anterior tiene como satélites a los plexos gástrico, hepático, esplémoo, pancreático y duodenal-lumbo-aórtico. El plexo solar posterior rige el intestino delgado, el ciego y la primera mitad del asa cólica. El plexo mesentérico anterior tiene bajo su dependencia la segunda mitad del asa cólica.—El plexo solar anterior tiene su zona de reflectividad en las regiones comprendidas entre la quinta y la décima costilla; el plexo solai posterior, de la décima a la décima tercera, y el plexo mesentérico anterior,
de la décima tercera a la décima sexta costilla.
Los dos o tres últimos ganglios raquidianos dan el ner-viecito esplácnico, que se introduce en los plexos renal, suprarrenal y aórtico. Los dos últimos espacios intercostales constituyen la zona de reflectividad de los rifiones, de las cápsulas suprarrenales y de la aorta (plexo reno-aórtico).
Los ganglios raquídeos lumbares dan el plexo mesentérico posterior, que iner-va el colon flotante y el recto y tiene su zona de reflectividad en la parte superior del ijar, al nivel de la linea formada por las apófisis transversas de las vértebras lumbares.
Los ganglios raquídeos sacros dan fibras que se entrecruzan con las del plexo mesentérico posterior y fibras cerebro-espinales del plexo sacro, constituyendo el plexo pelviano, destinado a la vejiga, al útero, al ovario y a la próstata. Estos últimos órganos reciben, además, fibras simpáticas del plexo espermático que, al igual de lo que ocurre en anatomía humana, estaría mejor designado con el nombre de plexo reno-genital interno. La zona de reflectividad se encuentra al nivel del sacro, al nivel del ijar y, a veces, también al nivel del raquis (plexo reno-genital interno y lumbo-aórtico).
Este es el teclado, y después de darlo a conocer, el autor señala la instrumentación y la interpretación de loa resultados que proporciona la exploración de la reflectividad.
Cuando se dan golpecitos secos con las puntas de los dedos (teniendo la mano en la linea de prolongación del antebrazo), en las zonas de reflectividad anteriormente indi-
B<
Fig. 2.".
A, nervio intercostal, rama posterior; B, nervio intercostal, rama anterior; C, médula; D, visceras; a, b, costillas; c, ramos comunicantes; d, ganglio raquidiano; e, tibras eferentes que se dirigen hacia las visceras.cadas, se comprueba, o la pasividad, o una reacción que se traduce por un sacudimiento de estas regiones, acompañado, a veces, de un dolor manifestado por defensas o quejidos. En cada caso de cólicos, el autor explora todo el campo de los harmónicos , y clasifica sintéticamente los resultados obtenidos de la siguiente manera:
1.°
La
reflectividad es bilateral, difusa y uniforme.—Se trata de un síndrome que interesa todo el aparato digestivo; ileus espasmódico o paralítico, gastro-enteritis, meteoriza-ción, peritonitis, coelialgia, etc.
2."
La
reflectividad es total y bilateral, pero desigual en ambos lados.—En este caso con-
Fig. 3.". 1. plexo solar anterior (estómago, hígado, bazo, duodeno, páncreas e intestino delgado); 2, plexo solar posterior (ciego y 1." y 2.* porciones cólicas); 3, plexo mcsentérico anterior (3.* y 4.* porciones cólicas); 4, plexo reno-aórtico (ríñones y aorta); 5, plexo mcsentérico posterior (colon flotante y recto); 6, punto gástrico dorsal; 7, plexo lumbo-aórtico; 8, reflejo lumbar; 9,*plexo sacro (órganos pelvianos, útero, ovario y vejiga); 10, reflejo miotónico; 11, reflejo de los músculos olecranianos.
viene determinar la zona en que predomina la reflectividad del lado en que es más acusada la reacción. Determinar si la reflectividad va creciendo de atrás a adelante o de adelante a atrás, porque existen, a veces, irradiaciones de adelante a atrás o viceversa en el sentido de las variaciones de la reflectividad.
3."
La
reflectividad está localizada.—a.) Bilateral.—Por ejemplo, no pasa de la décima costilla, o comienza en ella, o bien sólo existe al nivel del ijar.b) Unilateral.—Extendiéndose a una o varias zonas de reflectividad. Determinar el máximum y el sentido del aumento de la reacción.
Las operaciones precedentes permiten determinar el plexo en causa. Otra serie conduce a la determinación del órgano.
En los casos en que está en causa el plexo solar anterior, si el síndrome es gástrico, he aquí lo que se estaría llamado a notar: 1.°, el reflejo miotónico es positivo y más acusado a la izquierda que a la derecha; 2.°, el reflejo solar anterior es más acusado a la izquierda que a la derecha; 3.°, puede existir un punto gástrico dorsal, que se pone en evidencia de la manera siguiente: Cogiendo con toda la mano y apretando la parte anterior de la cruz, no se despierta ninguna reacción; si se procede de igual manera en la parte posterior, el animal se queja, se substrae más o menos y se ve que aparece en su dorso una ola de contracciones musculares que forman pliegues en la región. Es preciso saber que el punto gástrico dorsal no es constante en los síntomas gástricos y que está también ligado a irradiaciones por la vía simpática; de lo que resulta que se puede denunciar el asiento gástrico por harmónicos cerebro-espinales y simpáticos.
Si el hígado está en causa, el reflejo miotónico será más acusado a la izquierda que a la derecha y el reflejo solar anterior derecho más acusado que el izquierdo. Esta reflectividad cruzada incita a otras investigaciones. Se buscará, por ejemplo, la sensibilidad propia del hígado en el hipocondrio derecho, a partir de la décima cuarta costilla, y también el estado de la circulación colateral de la pared abdominal comparativamente del lado derecho con el izquierdo.
El jeflejo miotónico puede estar relacionado con trastornos cardíacos que repercuten en el aparato digestivo (dispepsia de las nútrales y de las aórticas) o que constituyen una repercusión de los trastornos digestivos sobre el aparato circulatorio (dilatación del corazón derecho—frecuentemente observada—, arritmias intermitentes, etc.). Conviene pensar en un desorden del corazón cuando el reflejo miotónico es más acusado del lado derecho que del izquierdo. La razón está en el hecho de que el neumogástrico derecho encierra más fibras cardíacas que el neumogástrico izquierdo.
Si la reflectividad puesta en causa es la del plexo solar posterior, hay que determinar si el intestino delgado, el ciego o la primera mitad del colon son responsables de la desharmonía. El intestino delgado tiene su máximun de reflectividad a la izquierda y el ciego a la derecha. Pero en lo que concierne al plexo, la auscultación es mucho más elocuente que la reflectividad. Lo mismo ocurre con las localizaciones en la tercera y cuarta parte del colon, cuando está incriminado el plexo mesentérico anterior.
Reflectividad reno-aórtica.—Cuando la reflectividad interesa los dos últimos espacios intercostales, se está en presencia de trastornos de los ríñones o de la aorta.
Si son los ríñones los que están en causa, se encuentra al nivel de estos órganos la sensibilidad anormal que caracteriza su dolor. Independientemente de este dolor provocado, hay otros puntos reveladores: el punto costo-lumbar, el punto uretro-vesical, etcé-tera.
La aorta es responsable de ciertos trastornos abdominales, su papel no se ha sospechado hasta ahora, y en su reflectividad hay que señalar una raquialgia más acusada a la izquierda que a la derecha, la cual se traduce por la flexión del dorso a la presión o al pellizcamiento y por la facilidad con que se provoca el espasmo del recto grande y del pequeño oblicuo, reacciones menos acusadas a la derecha que a la izquierda.
Si la reflectividad es mesentérica posterior, es decir, en la región del ijar, conviene discernir si se trata de los órganos pelvianos, del colon o del recto. Cuando se trata delcolon flotante, la reflectividad predomina en la izquierda; es bilateral y al mismo nivel cuando el recto está en causa; la exploración rectal permite darse cuenta, si se trata de la vejiga, del útero o del ovario.
Casos en que la reflectividad es negativa.—El autor ha observado crisis abdominales en el curso de las cuales la reflectividad faltaba por completo. En estos casos la ausencia de reflectividad proporciona indicaciones pronosticas, porque se trata de crisis severas.
Reflectividad independiente de las crisis abdominales.—Los trastornos orgánicos latentes se acompañan más o menos de hiperalgesias intensas, que parecen susceptibles de explicar ciertas particularidades del carácter de los caballos. El punto gástrico dorsal, la zona solar anterior y la zona lumbo-aórtica son acaso responsables de la aprehensión y de las defensas que presentan ciertos caballos, sea cuando se les pone la silla sobre el dorso: sea cuando se les sangra o sea cuando se le» monta. Sería interesante averiguar si el tratamiento de los órganos puestos en causa por la reflectividad no haría desaparecer los fenómenos que se acaban de indicar.

http://ddd.uab.cat/pub/revhigsanpec/revhigsanpec_a1918m1-2t8n1-2.pdf

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