Los caminos desterrados de la albeitería nos conectan con un mundo incomprendido y por ello olvidad

(las entradas son revisiones de textos antiguos y
no tan antiguos, el autor no incita ni se responsabiliza
del uso de los remedios expuestos, solo hace un repaso de
textos históricos)

lunes, 1 de noviembre de 2010

SULFATO NEUTRO DE ATROPINA EN LOS CÓLICOS DEL CABALLO

M. TASKIN.- LAS INYECCIONES HIPODÉRMICAS DE SULFATO NEUTRO DE ATROPINA EN LOS CÓLICOS DEL CABALLO.—Bulletin de la Société céntrale de Medicine vétérinai-re, LXXIV, 41-43, sesión del 6 de Enero de 1921.
De los notables trabajos de Re ger sobre los có'icos nerviosos resulta que, en estas manifestaciones, cualquiera que sea el carácter vagotdnico o simpaticotónico de los síntomas, siempre hay que disminuir la excitabilidad del sistema simpático de lo que se deduce la contraindicación de la pilocarpina (con mucha frecuencia empleada en toda clase de cólicos) y la indicación de los antiespasmódicos: opiáceos, extracto etéreo de valeriana y sulfato de atropina.
Ahora bien, en 1 os caballos del ejército se producen unos cólicos.1 que se pueden diagnosticar con acierto sin necesidad de un examen muy atento, y son los cólicos producidos por ingestión de agua fría y los producidos por la acción del frío sobre la superficie del cuerpo. Pues en esta clase de cólicos, en la que predominan los fenómenos nerviosos, es en la que el au'or ha ensayado los agentes medicamentosos preconizados por Roger, y especialmente el extracto etéreo de valeriana y el sulfato neutro de atropina, dando la preferencia a este último despuéss de muchos tanteos.
Durante el verano de 1915, en el frente de la Champaña, los caballos bebían aguas procedentes de un pozo frío, en ocasiones en que el trabajo era intenso y elevada la temperatura exterior y los caballos estaban fatigados. Habiéndose consumido la ración alimenticia inme-diatamente después de beber, el autor tuvo que asistir a bastantes casos de cólicos por indigestión estomacal. En esta ocasión pudo darse cuenta de los buenos efectos obtenidos por la inyección subcutánea de sulfato neutro de atropina a la dosis de dos miligramos y medio, repetida a los quince o treinta minutos si tardaba en producirse el efecto. Generalmente cesaban o disminuian notablemente los fenómenos dolorosos poco después de la primera inyección y se restablecían poco a poco las funciones estomacales e intestinales.
En esta clase de cólicos es fácil darse cuenta por la auscultación de la cesación del pe-ristaltismo estomacal e inferir de ello que existe una parálisis espasmódica del estómago y verosímilmente del píloro. Por esta causa está indicado eomenzar por la administración de pequeñas dosis de alcaloide. Porque si la atropina, disminuyendo la excitabilidad de las terminaciones nerviosas sensitivas del estómago puede hacer cesar el espasmo de origen reflejo, también puede provocar la parálisis de la viscera. El resultado sería perfecto si no hubiese espasmo pilórico; pero como, en la mayoría de los casos debe estar interesada la totalidad del órgano, le ha parecido al autor más lógico comenzar por pequeñas dosis, que tienden adespertar el peristaltismo estomacal. Como esta concepción es algo teórica, el autor no se atreve a decir que sea un mal inyectar cinco miligramos desde un principio; pero cree que no se pierde nada comenzando más moderadamente.
En las mismas condiciones que los anteriores, algunos caballos, que acaso habían ingerido mayor cantidad de agua, fueron atacados de coicos violentos antes de haber tomado su ración. La auscultación demostró la existencia de peristaltismo general y violento con ruido de choque. En suma: cólicos espasmódicos afrigore sin indigestión estomacal. Pensando que en este caso no había ningún inconveniente en anular los movimientos del intestino, inyectó el autor desde un principio cinco miligramos de sulfato de atropina, renovando dos vaces esta dosis con intervalos de quince a treinta minutos. A este tratamiento siguió siempre la sedación, a la que con frecuencia precedió ui período caracterizado por atontamiento y vértigos.
Iguales favorables resultados ha obtenido el autor en otros numerosos casos de cólicos nerviosos que ha tratado por este procedimiento en el período de Octubre de 1918-Enero de 1919. En todos los casos obtuvo la sedación con una inyección de cinco miligramos de atropina, que unas veces fué rerovada y otras no.
De sus numerosos ensayos concluye el autor qns sería conveniente emplear el sulfato neutro de atropina, con preferencia a los demás alcaloides al principio del tratamiento de cualquier caso de cólico, y hasta se pregunta qué buenos efectos.podrían obtenerse del empleo simultáneo de la atropina y de la morfina. Es muy frecuente tratar esta clase de afecciones, cualquiera que sea su origen, por la inyección de pilocarpina, y al autor le parece que este alcaloide está absolutamente contraindicado en la mayoría de los casos, puesto que obra como estimulante del sistema simpático siempre interesado en el síndrome en cuestión. La atropina, por el contrario, no parece tener contraindicación, salvo, si acaso, en 'a indigestión intestinal crónica, cuyo diagnóstico se hace fácilmente de ordinario con auxilio d-: los conmemorativos. Ade más, este medicamento lince siempre buen papel ante la clientela, porque en los numerosos casos- en que no se puede formular de una manera cierta el diagnóstico a continuación del primer examen, la atropina obrará como calmante sin ocasionar perjuicio a'guno, cosa que no se puede decir de la pilocarpina.

TÉTANOS Y ÁCIDO FÉNICO

P. SALVELLI. —SOBRE EL TRATAMIENTO DEL TÉTANOS POR LAS INYECCIONES SUBCUTÁNEAS DE ÁCIDO FÉNICO (MÉTODO DE BACELLI).— Thése de Lyon, 1920.
Entre los métodos terapéuticos propuestos para combatir los casos confirmados de tétanos, el de Bacelli es uno de los más eficaces, pues con él se obtienen curaciones hasta en casos clínicamente muy graves. Con este método desciende la mortalidad en el tétanos en evolución en un promedio del 18 por ioo, cifra muy inferior ala de mortalidad que se produce después del empleo de otros tratamientos, incluso de la sueroterapia, después de la cual ocurren un 55 por 100 de defunciones.
Como el método está basado en la administración subcutánea de una solución de ácido fénico, se variará la dosis inyectada según la importancia de las manifestaciones tetánicas. La dosis media oscila, en el hombre, entre o gr. 15 y o gr. 60, sin peligro de accidentes. Los peligros de intoxicación fénica (orinas negras, colapso térmico) son muy raros y no limitan prácticamente el empleo del método.
En los casos muy graves da excelentes resultados un tratamiento mixto por el suero antitetánico a dosis variables y el método de Bacelli. Estos resultados hacen suponer que el suero obra neutralizando la toxina aun no fijada mientras que el ácido fénico lucha principalmente contra la que ya ha impregnado los centros nerviosos.
Los efectos favorables del ácido fénico en el tratamiento del tétanos humano—y es lógico que lo mismo ocurra en el tétanos animal—son todavía difíciles de interpretar. Según Roe-derich, el ácido fénico sería un antitóxico: llevando su acción electiva sobre la célula nerviosa, es decir, sobre lo mismo que ha impregnado la toxina, neutraliza esta toxina, la inactiva, •* y desde este momento se asiste o la atenuación clínicamente probada de todos los accidentes, y esto proporcionalmente a las dosis inyectadas. La mayor parte de los autores piensan <|U

otra referencia:
http://www.finlay-online.com/FILE/tto.%20tetanos.....pdf

REVULSIVOS CUTÁNEOS.

REVULSIVOS CUTÁNEOS.—Para dar a nuestros lectores idea del interés práctico del libro del profesor Otto Regenbogen, recientemente traducido del alemán por el doctor Pedro Farreras, de cuyo libro hablamos en la sección bibliográfica del próximo número a continuación reproducimos las numerosas fórmulas de revulsivos cutáneos que contiene:
Tintura de guindillas 50 gramos.
Alcohol alcanforado, amoniaco líquido, alcohol eterizado y alcohol, a a 115 — Solución de cloruro sódico (con 85 gramos) 500 —
Ni.—Fluido resolutivo.
Amoniaco líquido y cloruro amónico, a a 50 gramos.
Cal viva en polvo y alcohol alcanforado, a a 25 —
Agua 600 —
M.—Licor restaurador de Hertwig. Para fricciones en las torceduras.
Tintura de guindillas 150 gramos.
Alcohol 200 —
Alcohol alcanforado y alcohol etéreo, a a 100 —
Aceite de trementina 10 —
Amoniaco líquido y cloruro amónico, a a 20 —
Agua 850 —
M —Linimento resolutivo.
Cloruro sódico 100 gramos.
Agua destilada 500 —
Alcohol 150 —
Amoniaco líquido 150 —
Éter 50 —
M.—Para fricciones, diluido en 5 partes de agua. Fluido resolutivo.
Amoniaco líquido, alcohol alcanforado y alcohol etéreo, a a 50 gramos.
Aceite de trementina 10 —
M. y agítese bien.—Diluir i¡% de litro en 3¡t de litro de agua Para fricciones. Caballo.
Cloruro sódico y alcohol alcanforado, a a 50 gramos.
Tintura de árnica 100 —
Agua destilada 200 —
M. y agitar bien. Diluir 1/i de litro en s/« de litro de agua. Para fricciones. Caballo.
Aceite de trementina 30 gramos.
Alcohol ancanforado 170 —
M.—Uso externo. Caballo. Derivativo.
Aceite de trementina •. 100 gramos.
Alcohol, hasta 300 —.
M.—Para frotar las paredes abdominales en los cólicos. Caballo,
Aceite de trementina 10 gramos.
Alcoholado de jabón • 150 —

M. y H. linimento.—Para fricciones. Caballo. Tendinitis.
Linimento amoniacal y aceite de trementina, a 100 gramos. a

M.— Uso externo. Friccionar tres veces al día. Caballo. Tendinitis.


Alcohol fórmico y amoniaco líquido, a 25 —a
Alcohol diluido 200 —

M.—Para fricciones. Caballo. Tendovaginitis.
Tintura de cantáridas ' 50 gramos.
Alcohol alcanforado 150 —
M.—Para fricciones. Caballo. Tendinitis.
Aceite de beleño 70 gramos.
Aceite alcanforado 50 —
Amoniaco líquido r 20 —
M. y H. linimento. Para fricciones. Caballo. Tendinitis.
Biíoduro de mercurio 3-5 gramos.
Lanolina 30 —
M. y H. ungüento.-

-Para unciones. Caballo. Tendinitis.
Sulfoictidato amónico 5 gramos.
Vaselina amarilla, hasta 50 —
M. y H. ungüento. Para unciones. Caballo. Tendinitis.
Iodo 3 gramos.

Ioduro potásico 5 —
Landina 40 —
M. y H. ungüento.

-Para unciones. Caballo. Tendinitis.

Iodo 5 gramos.

Ungüento mercurial gris 30 —
M. y H. ungüento. Caballo.

Tendovaginitis.

Emplasto de cantáridas para uso veterinario 50 gramos.

Para aplicar en las inflamaciones de tendones. Caballo. Tendinitis.
Aceite de trementina 20 gramos.

Alcohol alcanforado, hasta 300 —

M. Para fricciones. Caballo. Distensiones articulares.
Ungüento de cantáridas para uso veterinario 30 gramos.

Para unciones. Caballo. Inflamación articular.
Bicromato potásico '. 3 gramos.
Vaselina amarilla, hasta 50 —

M.—Para unciones. Caballo. Artritis.
Amoniaco líquido y aceite de trementina, a a 50 gramos

Alcohol 250 —
M.—Para unciones. Buey. Distensión articular.
Aceite de crotón-. 2 gramos
Aceite de trementina y jabónjpotásico del comercio, 25 —
a a. M. y H. ungt.—Para unciones. Buey. Rodillera.
Aceite de crotón.: 2 gramos
Aceite de trementina y aceite de colza, a a 25 —
M.—Para unciones. Buey. Inflamación articular.
Büoduro de mercurio 3 gramos
Vaselina amarilla 30 —
M. y H. ungt.—Para unciones. Caballo. Esparaván.
Büoduro de mercurio 3 gramos
Aceite de crotón V gotas
Ungüento basilicón 20 gramos
M.—Para unciones. Caballo. Esparaván.
Büoduro de mercurio. 3 gramos
Ungüento de cantáridas para uso veterinario 30 —
M. y H. ungt.—Caballo. Esparaván.
Emplasto de cantáridas para uso veterinario 30 gramos
Para aplicar. Caballo. Osteoma.
Acido crómico 3 gramos
Vaselina amarilla 30 —
M. y H, ungt.—Para unciones. Caballo. Periostitis.
Bicromato potásico 4 gramos
Vaselina amarilla 30 —
M. y H. ungt.—Para unciones. Buey. Pariostitis.
Cantáridas el polvo 5 gramos
Pez líquida 45 —
M.—Untar dos veces por semana. Caballo. Osteoma.
Vasolimento de iodo (10 por 100) 50 gramos
Untar una vez al día. Caballo. Osteoma.
Büoduro de mercurio 4 gramos
Ungüento mercurial gris 40 —
M. y H. ungt.—Untar una vez al día. Caballo. Osteoma. Corva.
Ungüento mercurial gris 20 gramos.
Alcanfor triturado 2 —
Jabón potásico del comercio 10 —
M. y H. ungüento.—Uso externo.—Untar una vez al día. Caballo. Osteoma. Periostitis osificante.
Iodo 2 gramos.
Ioduro potásico 5 —
Vaselina amarilla, hasta ; 30 —
M. y H. ungt.—Uso externo. Caballo. Osteoma.
Pomada de ioduro potásico y linimento amoniacal alcanforado, a a... 25 gramos. . M. y H. linimento.—Uso externo. Caballo. Osteoma. Periostitis.
Polvo de cantáridas 5 gramos.
Trementina común y vaselina amarilla, a a 20 —
M. y H. ungt.—Untar una vez al día. Caballo. Periostitis osificante.
Büoduro de mercurio 3 gramos.
Ungüento mercurial gris y jabón potásico del comercio 25 —
M. y H. ungt.—Untar una vez al día. Caballo. Osteoma.
Cantaridina • 1 centigramo.
Ungüento de trementina, hasta 50 gramos 50 gramos.
M. Untar una vez al día. Caballo. Osteoma.
Ungüento de cantáridas para uso veterinario 30 gramos.
Euforbio 3 —
Aceite de trementina 10 —
M. y H. ungt.—Para unciones. Buey. Artritis.
Cantaridina 1-2 centigramos.
Aceite de cacahuetes 5 gramos.
Trementina 20 —
Cera amarilla y enforbio, a a 10 —
Lanolina, hasta 100 —
M. y H. ungt.—Para unciones. Pomada corrosiva.
Fibrolisina Merck : ll1/* gramos.
D. de tales núm. 5.—Caballo (Perro: 2 gramos 30 centigramos; D. de tales dosis núm. 4). Para inyectar con intervalos de 1-7 días en cicatrices, esclerosis, osteo-mas, artritis.
Tártaro estibiado 5 gramos.
Ungüento de cantáridas para uso veterinario 50 —
M. y H. ungt.—Para untar en dos veces. Buey. Pomada escarrótica.
Acido tónico... 15 gramos.
Jabón potásico del comercio 25 —
Pez líqu'di 5o —
M. y H. ungt.—Para untar diariamente. Caballo. Alifafes.
Colodión canfariado 30 gramos.
Para pintar una vez al día. Caballo. Alifafes.
Pez líquida y jabón potásico del comercio, a a 25 gramos.
Acido fénico impuro „... 10 —
M.—Un'ar diariamente. Caballo. Alifafes y agrión.
Biioduro de mercurio - 2 gramos
Ungüento de cantáridas para uso veterinario 30 —
M. y H. ungt.—Frotar a diario. Caballo. Alifafes. Esparaván.
Sulfuro potásico • 5 gramos.
Jabón potásico del comercio y vaselina amarilla, a a 30 —
M y H. ungt.—Para untar a diario por medio de agua caliente. Caballo. Alifafes y agrión.
Vasolimento de iodo (6 por 100) 100 gramos.
Para unciones. Caballo. Alifafes.
lodo 2 gramos.
Ioduro potásico 5 —
Vaselina amarilla y lanolina, a a 25 —
M. y H. ungt.—Para untar 1 vez al día. Caballo. Alifafes.
Tintura de iodo , , lOgramos.
Agua destilada 20
M.—Para inyectar en los alifafes. Caballo.
I°dO " 1 gramo.
Ioduro potásico , , .,.,, 2 _
Agua destilada, hasta 50 •—
M.—Para inyectar en una vaina tendinosa. Caballo. Higroma de vainas tendinosas.
Ungüento mercurial gris y jabón potásico del comercio, a a 30 gramos.
Aceite alcanforado, hasta • 100 —
M.—Para unciones. Caballo. Corva.
Ungüento mercurial gris , 30 gramos.
Trementina 10 —
Jabón potásico del comercio 20 —
M. y H. ungt.—Para unciones. Caballo. Codillera.
Ungüento mercurial gris y jabón potásico del comercio, a a 25 gramos.
• M. y H. ungt.—Para untar una vez al día. Caballo. Agrión. Lupias de las paredes torácicas.
Ungüento de cantáridas para uso veterinario y jabón potásico del comercio, a a 80 gramos.
M. y H. ungt.—Para unciones, Caballo. Lupias torácicas.
Polvo de corteza de encina. , 10 gramos.
Pez líquida y jabón potásico del comercio, a a 45 —
M.—Para embadurnar una vez al día. Caballo. Corva.
Jabón potásico del mercado 50 gramos.
Carbonato potásico del comercio 10 —
M.—Para untar una vez al día. Caballo. Corva.
lodo , , 2 gramos.
Ioduro potásico , 5 —
Vaselina amarilla 40 —
M. y H. ungt.—Para untar una vez al día. Caballo. Corva.
Tintura de cantáridas y petróleo, a a 5 gramos.
Jabón potásico del comercio 40 —
M. y H. ungt.—Aplicar una vez al día. Caballo. Corva.
Sulfato cúprico en polvo , 5 gramos.
Trementina, hasta 50 —
M. y H. pasta.—Para curaciones. Caballo. Heridas articulares.
Acido tánico y ácido fénico licuefacto, a a 5 gramos.
Alcohol, hasta 100 —
M.—Para curaciones. Caballo. Heridas articulares.
Bicloruro de mercurio '2 gramos.
Alcohol, hasta 50 —
M. y H. solución.—Para curar una herida articular. Caballo.
Percloruro de hierro líquido .., 30 gramos.
Para curar una herida articular. Caballo.
Polvo de semillas de mostaza 500 gramos.
Hacer pasta con agua caliente, poner una capa del grosor del meñique sobre un trozo de arpillera y aplicar a las paredes del pecho. Caballo. Derivativo en la pleuritis.
Aceite de mostaza 10-16 gramos.
Alcohol, hasta , , 200
M.—Para fricciones. Caballo. Buey. Pleuritis. Pneumonía.
Alcohólalo de mostaza ..,.., 50 gramos,
Para frotar las paredes del tórax. Perro. Pneumonía.

Por esta copiosa serie de recetas de revulsivos cutáneos se alcanza a comprender fácilmente que los «Elementos del Arte de recelar y Colección de Veterinarios y Estudiantes», que así se titula el libro del profesor Regenbogen traducido por el doctor Farreras, son de gran interés para todos los prácticos, pues, además de acertadas reglas técnicas, contiene 1.312 recetas seleccionadas. La obra, encuadernada en tela, cuesta seis pesetas y cincuenta céntimos. Diríjanse los pedidos a don Francisco Farreras, Apartado número 463, Barcelona.

UN TRATAMIENTO EFICAZ DE LA DIARREA DE LOS TERNEROS

UN TRATAMIENTO EFICAZ DE LA DIARREA DE LOS TERNEROS.—En unas cuantas cucharadas de agua se vierten tres gotas de tintura de iodo al 1 por 10, y ¿e añade un poco de bizcocho partido en pedazos, o bien algo de harina, si no se tienen bizcochos a mano. Inmediatamente se fija el iodo en el almidón y se torna la mezcla de color azul, perdiendo parte de su gusto y de su olor a iodo. El objeto del almidón es
ijar momentáneamente el iodo y transportarlo al intestino, permitiéndole así que no obre solamente en el estómago.
En los terneros, mientras se practica esta cura, se debe disminuir algo la ración alimenticia, y en el intervalo de los pastos, a la media hora después de ellos, se administrará al enfermo, hasta cinco veces cada día la mezcla de íoduro de almidón hecha en el mismo momento de su empleo de la sencilla manera indicada al principio de esta nota.

LA FRESCURA DE LOS HUEVOS

COMPROBACIÓN DE LA FRESCURA DE LOS HUEVOS.— Está comprobado que el huevo fresco tiene una densidad aproximada de 1,073; a medida que envejece, el desarrollo de la cámara de aire disminuye esta densidad, y de este hecno surge un medio tan práctico de asegurarse de la frescura de un huevo, que debe aconsejarse siempre, porque su empleo saca por completo de dudas.
Se disuelven 125 gramos de sal común en un litro de agua fría y después se introduce el huevo en la solución. Si el huevo es del día, cae en seguida al fondo; si tiene más de cinco días, sobrenada, y la cascara sale

Gangrena y seroterapia

Un caso de gangrena invasora, seguida de curación con el empleo de suero normal de caballo
Teniendo noticias de las excelencias e importancia piáctica que asignan algunos ígnísimos comprofesores, así españoles como extranjeros, al suero polivalente en el atamiento de las heridas, trabajos posteriores, experimentos completados por la ceí-ica, parece que pretenden llegar a establecer unas conclusiones que admiiimos des-e luego con idéntico fin y con no menos eficaces resuüados en la aplicación del sue-o normal de caballo, cuyos maravillosos resultados quedan de manifiesto en este aso que menciono.
El veinte de Julio último, al hacer una visita diaria en el pueblo de Sabinán (Zara-oza) encuentro a un cliente, don Babil Lafuente, que me dice tener un asno con una erida; pasamos a su casa y me presenta un burro del país, entero, de 10 años, careno, buena alzada, temperamento linfático, buen estado de carnes, y destinado a las abores agrícolas, el cual, al reconocerlo, vi que efectivamente presentaba una herida únzante y profunda de seis centímetros de abertura por diez de profundidad, produ-ida a la altura de la articulación sacro-coxal derecha, con tendencia hacia la arti-ulación coxo-femoral; pero que descuidada por el espacio de tres días se habia pre-entado la gangrena invasora; el olor que despide, característico de este proceso, se ercibe a distancia. Desbridada la herida ampliamente admite el puño y la muñeca con oda facilidad.
En los dos primeros días, a partir de esta visita, la temperatura, con pocas oscilaciones, es de 37J y medio. Pasadas estas cuarenta y echo horas hasta el sexto día, la temperatura asciende y se mantiene por la tarde entre 40° y 41°.
Todos los síntomas de la intoxicación se hacen visibles al noveno día, porque el rápido enflaquecimiento del animal es fácilmente apreciable, a pesar de que el enfermo mantiene su apetito; la temperatura desciende a 38°, manteniéndose por espacio de seis días para llegar luego a la normal, lo que nos dice que la eliminación de las toxinas se ha verificado y, por ende, la putrefacción de los tejidos ha cesado.
La alimentación del enfermo ha sido a no poder más, nutritiva y abundante, habiéndole administrado inyecciones de cafeína y tónicos.
El tratamiento seguido después de la gran desbridación, ha sido extirpación de toda la región mortificada, abundante lavado con agua salada, tibia, al diez por mil y dos veces al día e imbibición de la superficie de la capacidad, introduciendo una delgada plancha de algodón envuelta en gasas embebidas en suero normal de caballo. Diez dias después de este tratamiento, la herida se ha llenado de un tejido fino y rosado con un rodete periférico de líquido ligeramente coagulado; a los quince, la cicatrización es casi completa y a los veinte es dedicado el animal al trabajo.
•Otros casos más podría referir en estas notas tratadas por el mismo procedimiento y análogos resultados, todo lo cual nos hace concebir la idea de que el suero normal de caballo obra prácticamente como el suero polivalente de Leclainche y Vallée, favoreciendo la fagocitosis y destruyendo los gérmenes patógenos dejando el organismo en condiciones de vitalidad; pero como estos interesantes estudios seroterápi-cos aún no están bien terminados, bástenos por hoy con no olvidar que la seroterapia nació ayer y que ha dado ya, no solamente promesas, sino resultados.
JULIÁN PARDOS DE ZORRAQCINO Veterinario en Cadreita (Navarra)